Un crecimiento moderado, crecimiento previsto del PIB y hogares que ajustan sus presupuestos ante servicios que no bajan.
La inflación se mantuvo en 4,25 % acumulada y 4,85 % interanual, mientras el gobierno aplicó subsidios a combustibles y energía que evitaron un salto hacia el 5 %. Pero ¿qué siente usted como consumidor, padre o profesional frente a esos números? “No ver variación en alimentos es un respiro, pero el costo sigue ahí”, dice una madre hondureña.
¿Dónde está la tranquilidad?
El Banco Central de Honduras (BCH) informó que la inflación acumulada de enero a octubre de 2025 alcanzó el 4,25 % y la interanual, de octubre 2024 a octubre 2025, se ubicó en 4,85 % —efectivamente dentro del rango de tolerancia definido por la autoridad monetaria (4 % ± 1 pp). Según el mismo informe, sin los subsidios en combustibles y energía eléctrica la tasa interanual sería cercana al 5,50 %.
Ese subsidio gubernamental logró minimizar aproximadamente 0,65 puntos porcentuales en la inflación interanual, de acuerdo con las estadísticas oficiales. Esos apoyos dieron un alivio que muchos consumidores domésticos experimentan en su factura de luz o la gasolina semanal.
Lo que pagan las familias
Las familias hondureñas viven un escenario dual: la inflación global mantiene presiones, pero en lo inmediato han visto alivios. El documento del BCH señala que la inflación mensual de octubre fue de solo 0,24 %, inferior en 0,17 puntos porcentuales respecto al mes previo (0,41 %). Parte de la caída obedece a que los precios del rubro “Transporte” —gasolinas y pasajes aéreos internacionales— descendieron, y las tarifas eléctricas bajaron gracias al subsidio.
“Sin esos apoyos la factura se hubiera disfrazado en los números y se hubiera sentido más en el bolsillo”, comenta un economista local. En efecto, el rubro “alimentos y bebidas no alcohólicas” se mantuvo sin variación en octubre, resultado de alzas y bajas compensadas internamente.
¿Quién contribuye y quién se descuenta?
Según el informe del BCH, los rubros que más aportaron a la inflación mensual de octubre fueron:
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Alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles: 0,12 puntos porcentuales (pp).
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Hoteles, cafeterías y restaurantes: 0,06 pp.
Otros rubros menores fueron prendas de vestir (0,02 pp), recreación y cultura, cuidado personal, muebles y transporte (0,01 pp cada uno).
El rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas se mantuvo en 0,00 % porque las bajas compensaron las alzas. En definitiva, cerca del 75 % de la inflación mensual se explicó por solo dos grupos de gasto familiar.
El trasfondo económico y los riesgos
Este moderado repunte de precios se da en un contexto global complejo para economías emergentes. El Programa Monetario del BCH para 2025-2026 prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) entre 3,5 % y 4,0 %, y mantiene la inflación dentro del rango tolerado, aunque advierte de riesgos externos.
Entre esos riesgos figuran choques en las cadenas de suministro globales, alzas de materias primas, condiciones climáticas adversas e impacto en la oferta de alimentos. Si estos factores se activa, la contención vía subsidios puede no ser suficiente para evitar un aumento más acelerado de los precios.
¿Qué deben vigilar los hogares?
Para los hogares de clase media y media alta, estos son los puntos clave a observar: supervisar tarifas eléctricas y combustibles, revisar la mezcla de gasto en alimentos versus servicios, y contemplar cómo los precios en transporte y ocio podrían subir si se debilitan los apoyos estatales. La estabilidad actual ofrece un respiro, pero no garantiza que el próximo año el escenario no cambie.
Mantenerse informado, presupuestar con un margen extra para imprevistos de precio y considerar el impacto en ahorro e inversión doméstica resulta más prudente que asumir que “la inflación se quedó baja”.
