Redacción. Honduras afronta una crisis agrícola que podría dejar pérdidas de entre 25 % y 40 % en granos básicos este año, advierten productores y asociaciones como Prograno. Las variaciones climáticas, la canícula prolongada, y los retrasos en la siembra de la cosecha de postrera combinados con una débil infraestructura e insuficiente respaldo institucional agravan el riesgo.
Canícula alargada y clima adverso
El pronóstico oficial del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (CENEAOS) señalaba que la canícula de 2025 debería terminar a mediados de agosto. Sin embargo, el fenómeno se ha extendido más allá de lo esperado, retrasando la siembra de postrera en muchas regiones del país.
En departamentos del sur, La Paz, El Paraíso, y zonas del corredor seco, los cultivos familiares—especialmente maíz y frijol—ya reportan estrés hídrico, floración afectada y bajo rendimiento.
Producción proyectada y precios que se disparan
Según cifras oficiales, para 2025 se estiman 13.5 millones de quintales de maíz, 2.9 millones de frijol, 550,000 quintales de arroz y 547,000 de sorgo como producción objetivo nacional. Pero esas proyecciones ya parecen inalcanzables si no mejoran las lluvias y el apoyo, advierten productores. Mientras tanto, los precios se elevan: en la zona norte del país la carga de maíz supera L 1,200, y el frijol alcanza alrededor de L 4,000, debido al agotamiento de reservas y al menor abastecimiento nacional.
Apoyos estatales: bonos, compras y promesas
El gobierno ha implementado varios programas para amortiguar el golpe:
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El Bono Tecnológico Productivo (BTP) con inversión estimada en L 1,700 millones, beneficiará a unos 650,000 productores durante 2025.
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En junio, se firmó un acuerdo para que la agroindustria compre 1.4 millones de quintales de producción nacional y 100,000 quintales vía el Instituto Hondureño de Mercadeo Agrícola (IHMA).
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El IHMA ha anunciado además que destinará 300 millones de lempiras para adquirir cosecha nacional de frijol, maíz y arroz, como parte de su reserva estratégica. |
Aún así, muchos productores dicen que estos apoyos llegan tarde, o no llegan con la escala o rapidez suficientes como para revertir los daños del clima.
Impacto real: ¿qué se pierde y qué se puede evitar?
De mantenerse las condiciones actuales, Prograno calcula que la pérdida podría superar el 40 % de la producción nacional de granos básicos.
Sectores más vulnerables, como los pequeños agricultores del corredor seco, sin acceso a riego o especies de semilla adaptadas, serán los más golpeados. También, la prolongación de la canícula reduce la ventana útil de siembra, acorta los ciclos de crecimiento, y aumenta los riesgos de plagas y enfermedades por estrés térmico
