Cada año, 2,6 millones de personas mueren en el mundo por causas relacionadas al alcohol, según la OMS. Mientras Argentina encabeza el ranking latinoamericano con 8 litros per cápita, Honduras reporta un consumo más bajo. Las bebidas destiladas dominan a nivel global y el impacto en la salud sigue siendo devastador.
El consumo de alcohol sigue siendo una de las principales amenazas a la salud pública a nivel global. De acuerdo con el informe más reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en 2024 con datos de 2019, el 4,7% de todas las muertes a nivel mundial (unas 2,6 millones de personas por año) están directamente relacionadas con el alcohol.
Estas cifras surgen del estudio “Situación mundial del alcohol y la salud y tratamiento de trastornos por consumo de sustancias”, que advierte que no existe un nivel seguro de ingesta alcohólica y que el alcohol contribuye al desarrollo de más de 200 enfermedades, entre ellas varios tipos de cáncer, trastornos cardiovasculares y problemas mentales.
Ranking global: Europa al tope, América Latina con contrastes

El ranking de consumo de alcohol per cápita lo lideran países europeos como Rumania (12,6 litros por persona al año), Georgia y República Checa, mientras que Kuwait, Arabia Saudita y Somalia reportan niveles casi nulos, en gran medida por restricciones religiosas o legales.
En América Latina, el panorama es desigual:






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Argentina ocupa el puesto 59 entre 189 países, con un consumo estimado de 8 litros de alcohol puro per cápita.
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Brasil lo sigue con 7,7 litros.
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Chile, México y Uruguay también se ubican por encima del promedio latinoamericano.
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En contraste, Honduras, junto con países como Guatemala, presenta niveles más bajos, por debajo de los 5 litros per cápita, según los datos de la OMS y la base de datos regional de salud de la OPS.
En el caso argentino, si bien el país disminuyó su consumo respecto a 2018 (cuando era de 9,7 litros), continúa liderando la región en términos de consumo absoluto.





Bebidas destiladas, las preferidas globales

A nivel mundial, las bebidas destiladas —como ron, vodka, whisky o ginebra— representan la mayor proporción del consumo de alcohol. Le siguen la cerveza y, en menor medida, el vino.
Desde 2010, el consumo de destilados ha crecido un 4%, mientras que la cerveza disminuyó un 3% y el vino se mantuvo estable.
En países de bajos ingresos, más del 50% del consumo registrado corresponde a “otras bebidas” (como fermentados caseros), mientras que en países ricos, el vino representa hasta el 27% del total.
En Honduras, según datos locales de soydatos.hn, el consumo está más asociado a cerveza y aguardientes locales, con una baja participación del vino por razones culturales y económicas.
Diferencias de género y patrones de consumo
El informe de la OMS también revela importantes brechas de género. En 2019, el 52% de los hombres eran consumidores habituales de alcohol, mientras que solo el 35% de las mujeres había bebido en los últimos 12 meses.





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Hombres: consumo promedio de 8,7 litros anuales.
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Mujeres: apenas 2,2 litros.
Las muertes relacionadas con el alcohol también son mayores entre los hombres: el 6,7% de los fallecimientos masculinos fueron atribuibles al alcohol, frente al 2,4% en mujeres.
Estos datos reflejan patrones culturales, sociales y también acceso a servicios de salud. En Honduras, las campañas de prevención enfocadas en jóvenes y hombres rurales siguen siendo prioritarias, según el Observatorio Centroamericano de Salud.
Impacto sanitario: más de 700 mil muertes por traumatismos
El alcohol no solo causa enfermedades crónicas. En 2019, unas 724.000 muertes se debieron a traumatismos, como accidentes de tránsito, violencia interpersonal o lesiones autoinfligidas.
Además:





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474.000 muertes se vinculan a enfermedades cardiovasculares.
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401.000 muertes se relacionan con cáncer.
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Otras 284.000 muertes se deben a enfermedades transmisibles, como tuberculosis o infecciones de transmisión sexual.
En 2020, un estudio global publicado en The Lancet Oncology estimó que 741.300 casos de cáncer eran atribuibles al consumo de alcohol, incluyendo cáncer de mama, colon, esófago, hígado y boca.
Llamado a la acción global y regional
“El consumo de sustancias daña gravemente la salud, provoca millones de muertes evitables y es una tragedia para las familias y las sociedades”, advirtió el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La organización insiste en la urgencia de alcanzar la meta 3.5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, que propone reforzar la prevención del consumo nocivo de alcohol y el acceso a tratamientos de calidad.





En América Central, las políticas públicas siguen siendo desiguales. Honduras, por ejemplo, ha centrado sus esfuerzos más en el control de venta a menores y en campañas escolares, pero enfrenta obstáculos en zonas rurales, donde el acceso a salud mental y prevención sigue siendo limitado.
Un problema que atraviesa clases, géneros y generaciones
El consumo de alcohol, aunque naturalizado en muchas culturas, representa una amenaza persistente para la salud global. La evidencia científica es clara: incluso en cantidades moderadas, el riesgo es real y acumulativo.
Para países como Argentina y Brasil, donde el consumo per cápita supera los 7 litros, los desafíos están en la prevención temprana y el tratamiento de adicciones. Para países como Honduras, el foco está en evitar el crecimiento del consumo con políticas educativas sostenidas y vigilancia en salud pública.







