Los datos del Banco Central muestran un cambio estructural: el banano pierde terreno mientras el aceite de palma se dispara en divisas.
“‘Nunca habíamos visto esto’ —reconoció un exportador del norte—: el aceite de palma ha superado al banano como segundo mayor ingreso exportador de Honduras.” En los primeros ocho meses de 2025 el aceite crudo de palma generó US$ 255,2 millones, superando los US$ 229,1 millones del banano, según datos del Banco Central de Honduras (BCH). Este vuelco económico plantea nuevas oportunidades… pero también nuevos riesgos para las familias, los cultivos y la diversificación productiva.
El vuelco en cifras
En los primeros ocho meses de 2025, el aceite crudo de palma registró ingresos por US$ 255,2 millones, desplazando al banano, cuyos ingresos fueron de US$ 229,1 millones, según el Banco Central de Honduras. Esa diferencia de aproximadamente US$ 26,1 millones marca un cambio significativo en la estructura de exportaciones hondureñas.
El incremento del aceite de palma respecto al mismo período del año anterior fue de US$ 41,8 millones (de US$ 213,5 millones a US$ 255,2 millones). Esta alza se atribuye en buena parte al aumento del precio internacional del aceite vegetal (un 20,7 % más) y a la fuerte demanda global impulsada por la mezcla de biodiésel en países como Indonesia.
“Los precios internacionales nos favorecieron”, comenta un productor de palma del norte de Honduras, señalando la oportunidad que se presenta. Pero al mismo tiempo, las cifras del banano son duras: respecto al 2024, sus ingresos cayeron de US$ 372,9 millones a US$ 229,1 millones, una caída de US$ 143,8 millones (-38,6 %).
¿Por qué sube la palma?
Según analistas del sector, el repunte del aceite de palma se combina con dos factores clave: por un lado, los precios internacionales de los aceites vegetales alcanzaron en agosto su nivel más alto en tres años, informó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Por otro, la decisión de Indonesia de aumentar los porcentajes obligatorios de mezcla de biodiésel desde 2026 ha reducido su oferta para exportación y, por ende, favorece a otros productores como Honduras.
“Si la demanda global de biocombustibles crece, nosotros podemos entrar”, afirma una voz de la industria hondureña de palma. Pese a ello, el volumen exportado de palma se redujo en 1,9 millones de kilogramos en términos interanuales, debido en parte a los efectos rezagados del paso de la tormenta tropical Tormenta Tropical Sara en 2024 sobre las áreas de cultivo.
Este contraste —mayores ingresos, menor volumen— refleja que el sector apuesta más al precio que a la cantidad: menos toneladas, pero más valor por tonelada generan ese salto.
¿Por qué decae el banano?
Las cifras del banano también dejan en claro una debilidad estructural. En los ocho primeros meses del 2025, los ingresos de US$ 229,1 millones implican una caída de US$ 244,1 millones respecto al mismo período de 2023 (US$ 473,2 millones). Los factores señalados por los actores del sector incluyen:





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Una caída del volumen exportado de 17,7 %, que representa 3,0 millones de cajas de 40 libras menos.
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Un descenso del precio promedio de 25,3 %, causado por mayor oferta de países competidores como Colombia y Ecuador en mercados como los Estados Unidos.
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Daños en las plantaciones generados por condiciones climáticas adversas en 2024.
“Las inundaciones de 2024 nos castigaron”, admite un representante de los productores de banano. Desde luego, estos tres elementos combinados explican por qué un producto que fue columna de exportación, ahora cede terreno. Según información de mercado, Honduras exportó en 2023 unos US$ 234,4 millones en banano, lo que muestra que ya estaba perdiendo terreno.
Impacto local y cadena de valor
Los efectos de este cambio no se quedan sólo en cifras macroeconómicas: llegan a las plantaciones, al empleo, a las familias. En la zona del norte de Honduras, donde la palma está concentrada (regiones como Colón, Atlántida y Yoro aportan aproximadamente el 80 % de la producción nacional) según datos de la United States Department of Agriculture (USDA).
El auge de la palma abre oportunidades para nuevas inversiones, pero también plantea riesgos: concentración de cultivos, dependencia de precio internacional y vulnerabilidad ante fenómenos climáticos. En tanto, el declive del banano genera incertidumbre para cientos de productores, trabajadores temporales y comunidades que se apoyaban en ese renglón. La diversificación es la palabra que muchos economistas repiten para evitar que la economía quede muy dependiente de dos o tres productos únicamente.
¿Y ahora qué?
La urgencia de diversificar las exportaciones aparece con fuerza. Los analistas recomiendan que Honduras no dependa únicamente de la palma o del banano, sino que agregue valor en cadena, promueva manufactura, y apueste por productos con demanda estable fuera de las oscilaciones de precios. “No queremos que la palma sea el nuevo ‘lado único’ de la economía”, señala un economista entrevistado.
De hecho, Honduras registró un déficit comercial de aproximadamente US$ 676,39 millones en junio de 2025, un record que muestra que aún con buenos ingresos exportadores la balanza comercial sigue bajo presión. Los retos: mejorar infraestructura, logística, acceso a financiamiento para los pequeños agricultores, y condiciones climáticas impredecibles que golpean a los dos sectores.







